Ismael Ramos es probablemente el artesano de tambores de mayor reconocimiento que ha dado Puerto Rico. Nació en el año 1936 y siempre trabajó con sus manos. En un inicio hacía prendas y objetivos que se vendían como souvenirs en algunas tiendas. La curiosidad y su interés por la música lo llevó a experimentar con la fabricación de instrumentos. Su familia recuerda que logró vender su primer tambor en $35, un valor que se multiplicaría por 10 a lo largo de su carrera.

Ismael residía con su familia en la calle Las Flores en Villa Palmeras donde mucha gente tiene recuerdos por sus visitas al taller. Allí perfeccionó la fabricación de tumbadoras hasta el año 1970 cuando se mudaron a Bayamón, donde finalmente comenzaron a operar en su local en Sierra Bayamón en 1974, a pesar de que tuvieron un local durante ese tiempo en Hermanas Dávila. 

Ismael tenía un dominio total de la fabricación de tumbadoras, desde la creación de la caja o barril, los herrajes y el cuero. Sus bases rectangulares con cuatro tornillos son fáciles de reconocer, así como un barril ancho que en ocasiones comenzaron a conocerse con las Chacón, en referencia a conocida vedette puertorriqueña. Cuando uno observa la dimensión de sus tambores, es posible pensar en alguna influencia del barril de bomba en sus tumbadores, sobre todo si se compara con otros artesanos o por las dimensiones tradicionales de los jícamos cubanos. 

Su construcción en caoba es bastante conocida, aunque en sus inicios fabricó instrumentos a partir de maderas de roble de barriles de aceitunas o ron. También se puede destacar como Ismael popularizó el pandero de madera, puesto que hasta ese entonces lo más habitual eran los panderos fabricados a partir de pedazos de hierro de aros o calderos. Su línea de instrumentos también incluye bongós, tambores batá, tamboras y algunas campanas. 

Es importante mencionar la dimensión de negocio familiar en la marca Timbas Ismael. Sin el importante rol de su esposa Evarista, a cargo de las cuentas, depósitos, compras y saldos, muy poco de esa operación hubiese sido posible. De todos los artesanos de percusión, Timbas Ismael fue una empresa con un volumen que no tiene comparación, incluyendo el local comercial que también distribuía otras marcas y ofrecía servicios de reparación que se mantuvieron varios años luego del fallecimiento de Ismael en 1989.

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Por Javier J. Hernández Acosta

Un agradecimiento especial a su hija Gloria Ramos por su apoyo en la redacción de esta reseña.

Nota: Ilustración a partir de foto tomada por su hija Gloria Ramos en 1978.