La creación y difusión de la cultura de la Bomba y la Plena fue la meta inicial que se trazó el artesano Manuel Vázquez, mejor conocido como Manny, cuando comenzó su taller de creación de barriles de Bomba en La Perla.

Nacido en 1979 en Saint Just, Manny se crió en distintos municipios de Puerto Rico, siempre con acceso “al bosque”.

“Era un niño bastante cimarrón[...] no me recortaron el pelo hasta los diez años. Vivía en el monte descalzo comiendo guayaba y tumbando mangos”, contó el artesano quien además reveló que debido a la falta de recursos, él y sus contemporáneos solían jugar con distintos elementos de la naturaleza para entretenerse.

De adolescente, Manny se interesó por el “breakdance” pero poco después desarrolló una afinidad por la música puertorriqueña, específicamente la Bomba y la Plena, pues eran los géneros que sentía más apegados a sus raíces puertorriqueñas.

Manny recibió una educación de la Escuela de Artes Plásticas de Puerto Rico, localizada en el Viejo San Juan. Según narró el artista, una vez acompañó a un amigo, y mientras él tomaba clases, Manny lo esperaba afuera dibujando bocetos en su libreta. Esto le llamó la atención a una de las profesoras de la institución quien lo invitó a asistir a sus seminarios, aunque fuera solo para adquirir el conocimiento.

“Una vez ven como yo me desenvuelvo con todas las técnicas decidieron que podían becarme. Y poquito a poco fui yendo a Artes Plásticas, no por un diploma, sino para aprender de los talleres”, expresó Vázquez.

Aunque su familia tocaba música, Manny se adentra de lleno a la cultura de la Bomba y la plena durante un taller que ofreció William Cepeda en el barrio La Perla. Bajo la tutela inicial de Ricky Anqueira y Juan Fuentes, Manny confeccionó sus primeros barriles, y fue así que descubrió su amor por la artesanía de la percusión.

“Desde el primer momento en que puse las manos en un tonel, que lo rompimos y lo convertimos en un tambor, yo vi que era para esto… que lo cargo en los genes”, afirmó Manny.

No obstante, el taller se vio obligado a recesar debido a los efectos de la pandemia del COVID-19, pero esto no detuvo a Manny y a su compañera de continuar creando instrumentos.

“Decidimos hacer tambores menos complicados y más orgánicos que se basan en una construcción más antigua”, explicó el artesano quien utilizó enredaderas de montes, sogas, y afinaciones de torniquete, entre otros elementos, para diseñar sus tambores.

Para Manny, el arte y la artesanía es algo que debe ser accesible a todos, y por esto decidió que compartiría sus técnicas de creación de instrumentos musicales con cualquier persona que asistiera a su taller en La Perla. Allí, se sienta con los interesados y los ilustra en el proceso para que sean ellos mismos los que crean sus barriles.

“A las personas les llena mucho el tener un espacio donde ellos pueden construir su instrumento musical”, apuntó Manny.

Aunque llevan poco tiempo en funcionamiento, Manny orgullosamente recalcó que han logrado la creación de unos 16 barriles de bomba y que continúan llegando personas interesadas en aprender sus técnicas.

“Mi visión de la cultura es unificar; es sumar no restar”, estableció el artesano quien asegura que no firma ni marca sus creaciones porque espera que sean de todos y para todos.

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Por Richard Colón Badillo