La creación de instrumentos de percusión es algo que se lleva en la sangre y así lo demuestra el artesano Reyes “Papo” Rosado, hermano del percusionista y también artesano Víctor “Sorpresa” Vélez.

Nacido en abril 13 de 1966, Rosado se adentra en la música a través de las agrupaciones musicales que tenía su hermano a finales de los 90.

“Para el 1998 comencé a hacer panderos para el grupo y después al año comencé a hacer tambores de bomba”, rememoró Papo, quien actualmente reside en Nueva Jersey.

Según narró el artesano, fue la necesidad de instrumentos lo que lo llevó a su hermano y a él a adentrarse en la creación de instrumentos de percusión.

“En aquellos tiempos había pocos grupos de bomba y no había casi nadie produciendo instrumentos de bomba y de plena. Había un señor que se llamaba Tomás Crespo del Bronx que hacía panderos de madera”, relató Rosado mencionando además a Cali Rivera y Junior Tirado como los otros creadores de instrumentos de bomba en esos momento “pero no estaban haciendo barriles”.

“No fue mi intención hacer barriles para venderlos, sino eran para mí. Recuerdo que los primeros barriles que yo hice Tito Matos fue quien los compró”, narró Papo.

Su técnica para crear barriles fue autodidacta y tomó como base las enseñanzas en costura, cerámica y hojalatería que tuvo de un colegio vocacional en San Germán previo a su salida a los Estados Unidos. Aunque lo que realmente lo ayudó a visualizar los instrumentos fueron sus visitas constantes a La Casita de Chema en el Bronx y las presentaciones de bomba que se hacían allí.

Los barriles que produce Papo Rosado son hechos a base de madera de roble blanco y barriles de ron y whisky que adquiere en Pennsilvania. Para el artesano, el roble blanco es la mejor madera para confeccionar tanto barriles como congas, sobre todo por su sonoridad.

Aunque en los años 90 sus ventas eran pocas, Rosado asegura que recientemente ha habido un boom en la compra de instrumentos de percusión puertorriqueños debido al aumento en clases sobre la cultura puertorriqueña.

“No había tanta gente involucrada en la bomba y la plena, ahora hay más maestros y más gente enseñando de la cultura, están dando clases en vivo y por internet. Hay más medios de comunicación ahora también”, analizó el artesano quien funge actualmente como ingeniero de un hospital en Nueva York.

Papo se atribuye la creación de unos 14 barriles al año desde su inicio y aunque no cuenta con una página en línea, ni con esfuerzos de mercadeo, sus clientes son fieles y han compartido la información sobre sus instrumentos a allegados, llevando nuevos clientes al artesano.

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Por Richard Colón Badillo