La necesidad es la madre de la invención y en el caso de Pedro Javier Irizarry Montalvo la necesidad de llevarle baterías a los músicos puertorriqueños fue la motivación más fuerte para comenzar con la creación de su marca Polvillo.

Irizarry Montalvo nació el 2 de septiembre de 1980. Desde pequeño estudió música tanto en la escuela superior como en el Conservatorio de Música y por un tiempo se destacó como músico. Por unos diez años abandonó la isla para vivir en varios estados de los Estados Unidos, entre ellos Colorado, Nueva York y Florida.

“Viviendo en Orlando me interesó bregar con madera”, confesó el músico quien reveló además que su proceso como artesano comenzó simplemente con marcos que le confeccionaba para las pinturas de su esposa y luego evolucionó a mesas y “coasters”.

“Después de hacer chucherías comenzó la pandemia, empezó el lockdown y yo me quedé sin trabajo”, recordó Irizarry quien se vio obligado a regresar a la isla debido a la situación. Por seis meses se quedó “encerrado” en un hogar por miedo a contagiar a su familia.

“Me estaba volviendo loco… no estaba haciendo nada. Así que comencé a consumir información”, detalló además. La información que recopiló Pedro provenía mayormente de redes sociales, pero fue así como aprendió sobre el proceso de crear instrumentos de percusión, especialmente las baterías.

Con un dinero que había mantenido ahorrado adquirió una batería vieja y la restauró. Ante esto, su esposa le recomendó que intentara crear los instrumentos y venderlos.

Con ayuda de su cuñado filmó un video en el cual creó su primer redoblante “con 96 piezas de madera”, el primogénito de la marca Polvillo. El redoblante fue creado a base de madera de pino que había restaurado de unos muebles que su vecino había desechado.

Tras una semana de creación, Pedro cuenta que cuando “le metimos un cantazo sonó bestial” y fue así como se dio cuenta que tenía talento para la creación de instrumentos.

Aunque para ese instrumento utilizó madera de pino, actualmente utiliza maderas de todas partes del mundo, entre ellas wenge, arce y roble, entre otras, dependiendo del tipo de tambor y el sonido que quieran lograr con el instrumento.

De hecho, así es como se ha logrado diferenciar de otros fabricantes de instrumentos, pues Irizarry Montalvo se sienta con sus clientes para determinar cuáles son las mejores especificaciones y el mejor proceso para crear la batería, a base de la música que estará tocando.

“Mi meta es poner tambores en la calle… que a todo el mundo se le haga accesible tener un tambor customizado, que ese es el sueño de todo músico”, afirmó el músico apasionado.

Su marca Polvillo es actualmente una de las únicas empresas que crea este tipo de instrumento desde la isla y ha ayudado a grandes músicos puertorriqueños en sus presentaciones, entre estos Pedro Arraiza de la banda Fiel a la Vega.

_____________________________________

Por Richard Colón Badillo