El amor por la música siempre existió en la vida de Ricardo Javier Ayala Pérez, pero el descubrimiento del talento con crear objetos con sus manos fue lo que lo llevó desde joven a la percusión. No obstante, aunque siempre sabía que algún día estaría involucrado con la percusión, nunca pensó que fuera a través de la creación de panderos de percusión a través de su marca Panderos DKY.

Para Ayala el propósito principal de sus obras es la preservación de la cultura puertorriqueña en los Estados Unidos. “Cuando uno está en los Estados Unidos, uno se pone más boricua”, expresó Ayala Pérez quien por cuestiones profesionales tuvo que mudarse a Massachusetts. Durante una conversación con su cuñado en el 2020 creció su interés por recibir un pandero creado por un artesano puertorriqueño como memoria de su isla.

“Yo fui a un viaje a Puerto Rico pero no pude conseguir un artesano que me pudiera [crear un pandero]...” fue debido a esto que otro amigo le regaló un set de panderos económicos y cuando vio cómo se hacía la construcción del instrumento decidió intentarlo por su cuenta.

Como narró Ayala, su primer pandero fue creado el 26 de enero de 2020, y lo adornó de los colores de amarillo y violeta en honor a la fenecida estrella de baloncesto Kobe Bryant, quien falleció ese mismo día, y al equipo de los Lakers de Los Angeles.

Fue a través de la creación de ese pandero que él también ingeniero descubrió su nueva pasión y a la vez una manera de ayudar a los músicos en la diáspora a encontrar instrumentos para mantener viva la cultura puertorriqueña. Para Ayala, conseguir la madera no ha sido complicado siempre y cuando se diseñe con madera estadounidense. “Es difícil conseguir madera de Puerto Rico aquí”, informó. Su primer pandero fue diseñado con madera de álamo conseguida a través de lotes en liquidación y madera reciclada conseguida alrededor de los Estados Unidos. Entre las maderas favoritas que le gusta trabajar a Ayala se encuentran las maderas exóticas, como el majo “porque el terminado del pandero es más lindo y los colores son más exóticos. Es un pandero sólido”. No obstante, también trabaja con las maderas sólidas como cebra, wengué, amaranto y caoba, entre otras.

A través de amigos mutuos ha estado expandiendo su red de clientes en Estados Unidos, específicamente en el área noreste, donde es poco común encontrar artesanos de percusión. A través de esos contactos iniciales es que ha continuado recibiendo más solicitudes para nuevos instrumentos, entre ellos Saul Peñaloza, el esposo de Brendaliz Cepeda, nieta de Rafael Cepeda. Entre otros músicos que han portado sus instrumentos se encuentra el conocido plenero Rafael Concepción.

Para Ayala no hay mejor satisfacción que haber complacido a los músicos con su creación. “Yo soy un músico frustrado”, bromeó Ayala mientras elogió el talento de los músicos puertorriqueños.

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Por Richard Colón Badillo