Un amor por la música fue lo que lo llevó al merengue años atrás, pero hoy por hoy Wilfredo “Willito” Sánchez Vélez se dedica a la práctica de la música dentro de la religión Yoruba y a la creación de los folclóricos tambores batá con los que practica sus creencias.

Sánchez Vélez nació el 25 de julio de 1980 en Puerto Rico y de joven se dedicó a practicar la música. Durante su carrera como músico formó parte de la agrupación La Bomba de Tato Peña.

“Ahí conozco un conguero que se llamaba Mario Díaz… y en un ensayo él me ve un collar [yoruba] y me pregunta si yo practico la religión”, así fue como Willito contó su transición de tocar merengue a dedicarse de lleno a fomentar la música yoruba. Aunque este evento ocurrió cerca del 1997, no fue hasta el año 2000 que se inició en la denominación Palo Mayombe.

“Y luego en el 2010 me inicio en la regla de osha… y en ese mismo año me juramenté como omo añá en el tambor de Juan Raimat ‘El Negro’. De ahí viene el nombre del tambor Omo Obaye, que ese fue el nombre del tambor en el que yo me juré”, narró Wilfredo. De hecho el nombre “Omo Obaye” era en honor a su padrino y su tambor sagrado.

En el 2012 participó de una actividad religiosa donde conoció a José Ramírez “El Colorao”, a quien le propuso “sacarle un hijo a tu tambor”.

“Si tú te atreves a preguntarle a Añá si te da el permiso a sacarle un hijo, yo me comprometo a hacerte la talla gratis”, expresó Wilfredo. Así fue como compró su primer torno y creó su primer tambor batá.

De acuerdo a Willito, este fue el primer tambor en la historia de la santería en Puerto Rico creado a base de maderas de la isla y consagrado por religiosos de la isla. La creación de este tambor se dio gracias a la ayuda de Raimat, quien a través del teléfono, le daba ideas a Sánchez Vélez sobre cómo crear el instrumento. Por otro lado, Ramírez le daba “otros secretos de la parte religiosa''.

“La magia que encierra el tambor adentro me la daba José. Tenía lo mejor de los dos mundos, mi padrino, la parte de la construcción y José la parte religiosa”, reveló Sánchez Vélez.

Para trabajar sus tambores batá, Willito busca cedro rojo aunque explicó que también existen otros tipos de maderas con las que se pueden trabajar entre éstas madera de aguacate, madera de árboles de mango y la caoba, aunque pesada.

“Se trata de buscar sonoridad y dureza… el cedro tiene una peculiaridad y es que antiguamente los reyes mandaban a hacer muchos muebles para los adornos de sus palacios… es una madera amarga que repele los insectos que atacan la madera”, afirmó Sánchez Vélez agradeciendo a sus ancestros por las técnicas para trabajar esta madera.

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Por Richard Colón Badillo